lunes, 28 de abril de 2008

(arte e historia) de Simancas. Valladolid

Introducción a la historia de Simancas

Simancas es una de las poblaciones de Valladolid declaradas Conjunto Histórico Artístico. Su ubicación es privilegiada, muy próxima a la propia ciudad de Valladolid y en las vías de unión entre ésta y otra ciudad emblemática vallisoletana: Tordesillas.
El origen de Simancas es antiquísimo, relacionado con el pueblo vacceo, y su desarrollo hay que ligarlo a río Pisuerga donde se asienta, pues desde tiempos romanos era lugar de defensa del puente que cruzaba este río.
Durante el periodo de dominación romana Simancas fue llamada Septimanca.
Ya en la Alta Edad Media, tras la invasión musulmana, Simancas fue reconquistada por Alfonso I en el año 753 y vuelta a reconquistar por Alfonso III en el 883.
No mucho después, Simancas se hizo célebre por la victoria de castellanos y leoneses contra un gran ejército califal cordobés.
Fue en el año 939 cuando el primer califa de Córdoba Abderramán III preparó un gran contingente militar denominado "del Gran Poder" para escarmentar a los cristianos que se hacía fuertes y repoblaban la ribera del Duero y tratar de vencerlos definitivamente.
Junto a Simancas esperaba el rey de León, Ramiro II y el conde de Castilla, Fernán González, La batalla fue dura y si bien para algunos cronistas terminó con clara victoria cristiana, para otros quedaría en tablas.
El caso es que el ejército musulmán que se dirigió hacia tierras de Soria y Guadalajara para continuar el hostigamiento a los nuevos núcleos repoblados, sufrió una emboscada que sí terminó en desastre para los árabes. Fue la conocida Jornada del Barranco.
Durante la Edad Media, Simancas fue la población más importante de la zona hasta el auge de la ciudad de Valladolid entre los siglos XII y XIII. No obstante siguió teniendo relevancia y durante los siglos bajomedievales y los primeros tiempos modernos vivió trascendentes hechos históricos, como los acaecidos en la Guerra de las Comunidades
De esta dilatada historia, Simancas conserva importantes monumentos medievales, bien plenos o fraccionarios, como el puente, el castillo y la iglesia del Salvador.
Muy cerca de Simancas hay otras poblaciones monumentales. Ya hemos citado la cercanía de Valladolid y Tordesillas. Menos conocida es la población de Arroyo de la Encomienda, a tan solo 5 km. de Simancas y que conserva una de las mejores iglesias románicas de la provincia y de la que luego nos ocuparemos.

Monumentos y Conjunto urbano de Simancas
El casco antiguo de Simancas no decepciona pues representa perfectamente lo que se puede esperar de una vieja villa castellana, es decir una bonita plaza mayor soportalada, un nutrido conjunto de palacios y casas blasonadas con escudos nobiliarios de distintas épocas y frecuentemente adornadas con puerta y ventanas monumentales.
También hay que citar el hospital, así como el edificio del ayuntamiento de estilos neoclásico.

El Castillo de Simancas
El Castillo de Simancas se erigió en el siglo XV sobre una fortaleza que ya existía en tiempos medievales. Esta primitiva fortificación tenía un gran valor estratégico como centro de defensa del puente que cruza el Pisuerga.
Como decimos, a mitad del siglo XV fue reconstruido por el Almirante de Castilla Don Fadrique Enríquez. Poco después, pasó a manos de la corona (Reyes Católicos) que lo reforzaron y convirtieron en uno de los castillos más fuertes del centro de su reino de Castilla y León.
Aunque fue empleado como cárcel, Carlos V lo convirtió en Archivo General del Reino, conservándose una ingente colección de documentos referentes a la historia de España.
El aspecto actual es fruto de la adición al castillo bajomedieval de reformas y acondicionamientos para su nuevo uso de archivo durante varios siglos (s.XVI al XVIII)
Consta de un recinto exterior de forma poligonal con cubos en la esquinas y del castillo propiamente dicho.

Puente romano
El llamado Puente Romano de Simancas es una espectacular obra de ingeniería. De perfil plano "a la romana" es una construcción de piedra sillería con 17 ojos de distinto trazado como consecuencia de las diversas épocas en que fue construido y reformado.
Originalmente hubo un puente romano para salvar el Pisuerga. En la Edad Media se reconstruyó en el mismo emplazamiento en estilo románico. Siglos más tarde, pero todavía en época medieval debió existir otra profunda reconstrucción puesto que los arcos son mayoritariamente ojivales lo que denota su reforma en momentos del gótico.

Iglesia de El Salvador
La iglesia de El Salvador de Tordesillas es un gran templo del siglo XVI, época en la que se combinan formas y estructuras tardogóticas con otras ya renacentistas. En este caso la iglesia es de grandes dimensiones y de tres naves separadas por pilares cilíndricos. Las bóvedas son de crucería compleja de forma estrellada como corresponde a la etapa final y decadente del gótico. También la portada es tardogótica.
La iglesia del Salvador de Tordesillas también es notable por tener una gran torre de cuatro cuerpos superpuestos divididos por impostas, siendo los tres inferiores románicos.
El inferior es el más alto y en él se abrió un vano de medio punto rodeado por guardapolvos. Más arriba, el siguiente cuerpo se adorna con un ajimez con columna central o mainel. Los cimacios de las columnas laterales se impostan por todo el muro. El tercer cuerpo es semejante al anterior y está rematado en ladrillo.
Esta torre románica, decorada con ventanales primitivos e impostas ajedrezadas, muestra una estética de pleno siglo XII por lo que parece anterior a las de Santa María de la Antigua y de San Martín de la capital.

Arroyo de la Encomienda. Iglesia de San Juan
El templo de San Juan de Arroyo de la Encomienda, después de su restauración muestra su perfecta estampa románica, libre de las edificaciones parásitas que suelen agobiar a estos edificios medievales. Tan sólo, la pequeña espadaña del muro de poniente es posterior.
Su estructura tiene, como la mayoría de los templos concejiles castellanos de finales del siglo XII y comienzos del XIII, una nave unida escalonadamente a una cabecera con tramo presbiterial recto y ábside de semitambor.
Todo el alero de la nave está decorado con puntas de diamante y soportado por una buena colección de canecillos.
La portada se encuentra en el muro meridional. Está formada por seis amplias arquivoltas de medio punto. La más interesante es la externa al disponer de lóbulos radiales, al estilo de Santiago del Burgo de Zamora.
El ábside responde a formas típicamente románicas. Su tambor es dividido verticalmente por dos columnas que llegan hasta el alero y que arrancan de sendos plintos de gran altura.
En cada calle hay un ventanal con arquivolta plana sobre columnillas con capiteles.
Una ancha imposta de billetes recorre completamente el tambor absidal a la altura de los alféizares.
El alero se decora con bello ajedrezado, pero lo más destacable es la colección de canecillos historiados.

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