viernes, 25 de abril de 2008

Guía monumental de Talamanca de Jarama. Madrid

Introducción a la historia de Talamanca de Jarama hasta la Edad Media

Talamanca es una de las poblaciones más antiguas y con mayor historia de la provincia de Madrid. Su primer poblamiento debió ser prerromano y se identifica con la antigua Mantua Carpetana.

Posteriormente fue ciudad romana y visigoda de cierta relevancia con el nombre de Armántica, y posiblemente ya estuviera amurallada.

Tras la invasión musulmana, Talamanca se convierte en importante ciudad-fortaleza como parte de la línea defensiva de la llamada Marca Media que protegía Toledo de los reinos cristianos del norte.
Llegó a tener en el siglo XI gran prestigio por su escuela coránica jurista que rivalizó con las de Córdoba y Toledo, siendo su principal representante Umar Al-Talamankí.
Fue asaltada por Fernando I en 1062 y definitivamente reconquistada por su hijo Alfonso VI en la campaña de conquista de Toledo de 1085, convirtiéndose en cabeza de Comunidad de Villa y Tierra.

Por la situación adelantada de Talamanca de Jarama al sur del Sistema Central, vivió el siglo XII con la amenaza de los empujes de almorávides y almohades.

Si bien es cierto que para aquél entonces la teórica frontera cristiano-musulmana se había desplazado hacia el territorio situado entre el Tajo y el Guadiana, siempre existió el riesgo de involución de las conquistas castellanas.

Tal amenaza se materializa en el año 1196, cuando Talamanca de Jarama es arrasada por la tropas de Yacub ben Yusuf siendo una de las poblaciones cristianas más norteñas atacadas por los almohades aprovechando la debilidad castellana tras el desastre de la batalla de Alarcos del año anterior.

Iglesia de San Juan Bautista
Aunque la Talamanca medieval llegó a tener cinco iglesias: Santa María de la Almudena (antigua mezquita), San Miguel, Los Milagros (Moravito), Santiago (en el arrabal) y San Juan Bautista, hoy sólo perviven parte de dos de ellas.

San Juan Bautista fue un edificio de un genuino estilo románico "segoviano". Debió tener una nave con sus portadas y la cabecera. Su construcción debemos retrasarla a las décadas finales del siglo XII o más probablemente a las primeras del XIII.
Las características comunes de esta iglesia con los edificios segovianos se resumen en su articulación mural en paños verticales mediante columnas -cuatro como es mayoritario en Segovia- y horizontalmente mediante impostas. Los bellos ventanales de arquivoltas de medio punto baquetonadas que apoyan sobre columnas también son propias de Segovia.

No obstante, lo más característico y diferenciador del románico segoviano (aunque no exclusivo) es la profusa decoración de las cornisas, con el alero soportado por canecillos esculpidos y entre los que se intercalan metopas con motivos vegetales y geométricos. En Talamanca encontramos las mismas formas en estas metopas que las de las iglesias de la capital segoviana o amplias comarcas colindantes como en El Pirón y Tierras de Pedraza y Sepúlveda.

Lamentablemente la nave fue demolida y reconstruida en el siglo XVI en estilo renacentista como atestigua su portada occidental, su campanario o sus naves constituidas de arcos carpaneles sobre columnas.

Centrándonos en el exterior de la cabecera diremos que su fábrica es de perfecta sillería caliza. El semitambor es articulado en cinco paños verticales mediante cuatro gruesas columnas que parten de respectivos plintos y llegan hasta el alero.

En el paño central y los dos extremos se abren ventanales de doble derrame rodeados de arquivolta plana con guardapolvos liso que apoyan sobre esbeltas columnillas con capiteles vegetales.

Lo más señalado de esta iglesia de San Juan Bautista es el conjunto de tallas de capiteles, canecillos y metopas. Aunque lamentablemente están muy erosionadas, se aprecian perfectamente animales del bestiario románico, como arpías, dragones, leones, etc.

En el interior, el ábside se cubre con bóveda de horno reforzada por seis nervios triples apoyan sobre columnas adosadas a los muros del hemiciclo. Este tipo de abovedamiento es típico del románico tardío cuando se empieza a popularizar los avances arquitectónicos cistercienses. Un buen y cercano ejemplo es el de la iglesia de la Asunción de Duratón en Segovia.

En al lado de la Epístola hay arcos ciegos de medio punto y sobre ellos restos de yeserías mudéjares.

En el interior se guarda la talla de la Virgen de la Fuente Santa, réplica de la escultura románica que desapareció en 1936 y una pila bautismal románica de gajos y friso de entrelazos.

Ábside de la Ermita de Los Milagros o Moravito
La antigua parroquia de los Milagros debió ser erigida sobre otra visigoda y aún se han encontrado restos tardorromanos bajos sus cimientos en las excavaciones realizadas por la arqueóloga Concepción Abad en los años 80.

Sólo queda la cabecera bastante bien conservada gracias a la restauración acometida en 1973, aunque le haría falta alguna intervención en la parte alta de los muros exteriores.
Es un notable y puro ejemplar de mudéjar castellanoleonés perteneciente al siglo XIII.

El tambor absidal tiene cuatro partes superpuestas, la primera es un zócalo de calicanto sobre el que se apoyan tres cuerpos de arquerías murales de ladrillo. Todos los arcos son de medio punto y doblados. La particularidad es que el cuerpo intermedio presenta desalineados los ejes de sus arcos con respeto a los del cuerpo inferior y superior.

No existe línea de imposta ni recuadros o alfices.
En los muros presbiteriales se produce una superposición similar, pero con algunas diferencias. Los pisos tienen dos arcos doblados de medio punto por cuerpo pero en esta ocasión son recuadrados por un falso alfiz.

Al interior se accede por un amplio arco triunfal de cuatro roscas ligeramente apuntadas. La bóveda del presbiterio es de medio cañón apuntado y la del ábside cuarto de esfera. El arco de embocadura del ábside tiene tres roscas.

El descentrado de los arcos exteriores del ábside homologa este templo con algunos de la vecina Guadalajara y de la comarca castellanoleonesa de Tierra de Pinares, como ciertas iglesias de Olmedo, Íscar y Alcazarén, en Valladolid, o Madrigal de las Altas Torres en Ávila.

Puente "romano"
El Puente de Talamanca de Jarama probablemente es de origen romano aunque fue muy reformado en la Edad Media y en el siglo XVI, por lo que muestra una cierta irregularidad en sus formas, tanto en la alineación como en la pendiente.

Su fábrica es fundamentalmente de sillería, sobre todo en las partes bajas, aunque se remató con mampostería en las zonas superiores (pretil). Tiene cinco arcos de distinto perfil, aunque predominan los escarzanos. Los pilares tiene enormes tajamares triangulares o poligonales.

Hay que decir que este puente ya no salva el río Jarama para el que fue construido, debido a un cambio de cauce del citado río.

Muralla de Talamanca de Jarama
Talamanca de Jarama conserva algunas partes de su muralla medieval- Se trata de restos de la cerca mudéjar del siglo XIII, aunque probablemente tuvo origen árabe.

Su material es diverso aunque su mayor parte es de cajas de mampostería encintada con hiladas de ladrillo.
Conserva alguna puerta muy restaurada y restos de torres.

En los alrededores de Talamanca: la iglesia románica de Santiago Apóstol de Venturada.
A muy pocos kilómetros de Talamanca de Jarama, podemos visitar la iglesia de Venturada que es un modesto ejemplar del románico rural madrileño.
Tiene una portadita de tres arquivoltas de medio punto con escocias y baquetones, donde se conserva una corona de puntas de diamante del más genuino estilo románico tardío.

0 comentarios: